mariposa
Desplazándose, impredecible, como guiada por el hilo de una madeja despeinada. Sus alas se baten tímidas, enclenques, y no parece posible que pudiera revolar idéntico camino dos veces; como si la madeja permutara incesante, o como si todo el resto del mundo lo hiciese.
Mas, sin embargo, a pesar de los recovecos de su vuelo, y a pesar de su tiempo, (uno,) urgente y descansado, se posa puntual y precisa en la flor, sabiendo que ésta la ha esperado por años.
1 Comments:
Muy hermoso lo que han logrado.
Aplausos!
··Benito Pérez Galdós··
Publicar un comentario
<< Home