tablero
A quienes aún defienden la cítrica redondez del mundo aviso: el mundo es un tablero. Con blancas casillas, y también de las negras; aunque usualmente no sepamos dónde estamos parados, si somos peones o alfiles, si defendemos a un rey, o a una reina atacamos.
Por ello se impone la urgente necesidad de la visión. Conocer al hombre que camina a nuestro lado, conocer al Hombre que llevamos dentro; inferir, sutiles, el sendero que habremos de transitar, y alegrarnos benévolamente de ello.
El mundo, amigos, es como un tablero; y es preciso vernos, para verlo, y verlos.
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