amanecer
El amanecer se viste de un púrpura papal. Y contagia, solapadamente, a todo lo que él despierta, de un tinte solemne, tranquilo. Aquello que se mueve, lo hace lentamente, dentro de esta gran recámara violácea.
La furia, que ya se insinúa insolente (, sus ruidos se presienten).
Sin embargo, antes de romperse, el trance nos mece.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home