Hombre en el fango

Un hombre, su búsqueda. El fango, su entorno, realidad inmediata inevitable. El ejercicio de la prosa poética como búsqueda de sentido, y coherencia estética de la misma. Experiencia literaria. "Desde que la ciencia desconfía de las explicaciones generales y de las soluciones que no sean sectoriales y especializadas, el gran desafío de la literatura es poder entretejer los diversos saberes y los diversos códigos en una visión plural, facetrada del mundo" Italo Calvino.

30.10.05

preguntas de niño (4)

¿El hombre inventó la rueda, o la rueda inventó esta humanidad?

1 Comments:

At 11:36 a. m., Anonymous Anónimo said...

Centro cultural Borges, blanco y suave como una alfombra. Berni en el cielorraso de las galerías, cacharel en la vidriera. Todo huele a frutilla o a esa combinación extraña, nostálgica, de los detergentes para el piso.

Salimos.

Un cine continuado con su león chamuscado y colgante. El quiosquero que duerme atrás de los diarios matutinos, la gigantografía de cnn prometiendo noticias que caen bien, el conejo duracell visita palmas del pilar, ojo! no vayas a comerte el escalón, es igual pero más barato, y un graffiti: Coman mierda! en la puerta de un local de cemento adornado por una hamburguesa de plástico.

La experiencia directa es un efecto residual, qué hay de directo en caminar por una calle donde todo es puerta, ventana, horizonte clausurado, el transporte es el movimiento, el movimiento es lejanía, la ciudad es a todos a través del transporte, Que hay de experiencia en la voluntad de tener experiencia.

Algo persiste: el olor, el ruido de la urbe, hidrocarburos, cigarrillo, alarma, pis, sirenas, bocinazos, tacos y voces que repiten palabras. Una me llama la atención mas que las otras: "bombas".

Esta ciudad por todas partes es una grieta, una grieta de esas que hay en los edificios antes de ser demolidos, donde crecen plantas, viven insectos. Toda existencia es una superposición. Buenos Aires es como el sueño de un montajista. Reguero de individualidades, por donde paso, dejo una huella.

Habitante de la ciudad: el tiempo. En lo que se vuelve polvo, en el polvo que se vuelve pared, en la pared que se hace grieta, y en la grieta que es semillero. En la pared, la grieta y el semillero que se vuelven polvo, y así.

La condición urbana es la condición de la ausencia: si se esta acá, no se está allá. Y en el trayecto hay siempre una perdida. De espacio, de tiempo, o de moléculas. La imagen de la virgen celosamente guardada en los lugares de paso: en diagonal norte o en constitución, una virgen para encomendarle que guarde ese pedazo de existencia que ya se nos esta disolviendo.


Eloisa Oliva


http://www.elobservatorio.info/ambulante/eloisa.htm

 

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