cauce
El cauce que ayer fuera seco, está hoy habitado. El agua ya acaricia, con su ronroneo, a un cuerpo que es sin ella enjuto y fibroso. Tan sólo un cuerpo. De calma desgarbada. Tenso como un vientre grávido, desplazado en la única y más firme dirección posible. Tan sólo un cuerpo, sin el agua.
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