hermanos
Diez hermanos, de rostro renegrido, aunque sólo seamos cuatro. Somos diez hermanos, y aún, del vientre de madre tan solo brotaron cuatro llamaradas de furiosa salamandra, cuatro gritos opacos.
La sangre era un bruto porvenir, bruto pasado de historias compartidas bajo un techo de caucho, sin estrellas susurrando al compás de sus párpados.
Cuatro hermanos, de diez tan solo cuatro. Diez que no existían, no murieron, no lloraron. Diez muertos de hambre, de antaños asfixiados. Diez que no supieron siquiera abrir sus párpados.
No hubo uno primero, ni mejor, hubieron cuatro. Cuatro vientres de espumosas salamandras, cuatro gritos solemnes, cuatro muertos gritando, cuatro muertos, de diez tan solo cuatro.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home