julio
Julio, fuiste hombre y fuiste invierno. Y un toro de agostos surcaba tus venas, rugiendo como el mar, aullando como el viento. Y el trazo en tu mirar, adolescente, bailaba candoroso de frente a cada esquina, donde la dicha escondida se pierde entre el azar.
Tus pies hechos del barro de un oriente cercano, tropezaban dando pasos, ídolo marmóreo, que el triste y obsecuente vivir de cada día (¡hombre, cambalache!!!), supiste adormecer siendo de noche.
La muerte, aunque mujer, viril de estampa, besó tu blanca frente, tan mal acariciada. Y aquél noviembre bravo, que fue julio y que fue invierno, condensó su destemplanza en tu horizonte más cercano.
Chan chan.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home